sábado, 29 de septiembre de 2012

El poder de las motivaciones en la comercialización





Un punto de partida podría ser que la motivación es aquello que hace que una persona actúe y se comporte de una determinada manera. Este factor es “oro” para los empresarios.

Pensemos que una empresa toma materia prima hasta convertirla en un producto terminado agregándole en cada etapa de producción una porción de “valor”, a este proceso se lo llama “cadena de valor”.
Este es un proceso que las empresas pueden controlar diseñando productos en función de las necesidades o deseos de un consumidor concreto, pero una vez que el producto está en el mercado ese control desaparece porque a pesar de todas las estrategias que implementan para predecir el comportamiento del sujeto al cual dirigen sus estrategias, él puede reaccionar en forma inesperada en función de gustos personales u otras cuestiones.

Es interesante analizar el juego entre las propuestas de las empresas y la respuesta de los sujetos en un mismo espacio, que es el MERCADO. 

Paulina Becerra y Silvia Fábregas elaboraron un excelente documento para el CMD y la Universidad de Palermo denominado “El campo de las motivaciones” con mis palabras lo resumo a continuación:

Podemos partir de dos características que definen la comercialización:
1)     Masiva/Exclusiva
2)     Impulsiva/Reflexiva

Los indicadores que resultan de estas motivaciones son:
 

Distancia de la Ubicación
Cuando las empresa orientan su estrategia hacia la tentación, es importante la propuesta esté cerca del grupo objetivo, mientras que si está orientada hacia el conocimiento puede estar más alejada.

Volumen de Consumidores
Cuando una empresa fabrica productos diferenciados se orientan generalmente a un público limitado y cuando se trata de productos más genéricos suelen ofrecerse a un grupo grande de personas, cuando una empresa busca la tentación se orienta a un gran volumen de consumidores, mientras que los que apuntan al conocimiento toman grupos más reducidos.

Cantidad de Propuestas
Cuando las propuestas se orientan un pequeño y selecto grupo de consumidores podemos encontrar mayor variedad que cuando la comercialización va a un volumen mayor de consumidores, en este caso las ofertas son más uniformes compitiendo mediante la explotación de ventajas comparativas estáticas en contraposición a la explotación de ventajas competitivas dinámicas que se produce en propuestas diferenciadas.

Diversidad y variedad de producto o servicio
Cuando la propuesta es ofrecer la mayor diversidad de productos se va a complicar contar al mismo tiempo con una gran variedad de cada uno y, cuando la propuesta se oriente a alcanzar la mayor variedad de producto tendrá que concentrarse en una diversidad muy restringida

Velocidad de transacción
Si la propuesta está orientada hacia la tentación es importante tener en cuenta el esfuerzo y el tiempo que le lleve a la persona realizar la operación, cuanto menor sea mayor será la velocidad de transacción.
Si el conocimiento es el motor de la motivación el tiempo invertido es mayor y la velocidad de transacción es más lenta.

Información previa
La información es clave para definir el acceso de la propuesta al público en general. Se mueve entre propuestas con información muy reducida y genérica donde la gente no tiene que esforzarse mucho para entender lo que se está ofertando, por otro lado hay propuestas que sí requieren que la persona realice un trabajo de recolección y elaboración de información específica que es difundida por medios más selectos. Por ejemplo seguramente si quiere comprar una impresora busque dos o tres cotizaciones como mínimo, mientras que si lo que necesita es un cartucho de tinta quizás con una le alcance.

Por todo lo expuesto es importante un acercamiento al potencial cliente, entender su lógica y su comportamiento, a partir de esa comprensión repensar la propuesta empresarial para relevar, verificar, revisar, hacer los ajustes necesarios y recién ahí lanzar al mercado una propuesta con valor para el consumidor.

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